lunes, 28 de abril de 2008

Crónica: fusión literaria y periodística

“ A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”
Oscar Wilde

Aprendiendo a Vivir

La envolvió en una sábana de niebla que cegaba su visión, una corriente de energía casi excitante sucumbía sus piernas, un agudo rayo de poder sobrecargaba su olfato. En ese instante sintió miedo.


Lo de ella fue dolor a primer punzón, y se desmayó por primera vez en su vida, y por primera vez en su vida, también, no paso año nuevo con ellos. Es más, aquellos no sabían que había semejante barbaridad juvenil, y les dio una pena horrorosa, mientras su hija, bailaba sin parar entre sombras, gritos y cuerpos sudorosos. A la mañana, ella no recordaba mucho. Inhaló profundamente para evitar expulsar el desayuno que nunca alcanzó ver.

- !Papá¡ !Mamá¡ - aulló más que gritar por la desesperación. Respiró nuevamente al asfixiarse por la angustia de sentir sus pestañas rozar con sus delgados párpados y no encontrar la señal de la luz habitual.
- ¿Qué me pasa? - abatida y nerviosa, alcanzó llorar silenciosamente.


Paso 1: aceptar que tienes un problema

Después de incontables diagnósticos y la cruda penetración de un catéter minúsculo pero sensitivo, desde la ingle hasta el cerebro, dieron con el problema. Un hemangioma cavernoso alojado en el hemisferio derecho del cerebelo. Algo indignante e irónico para mi futuro analizó — especialmente si tengo un campeonato en tres meses, fuertes entrenamientos por recuperar, cursos que seguir, … pensó … en realidad mucho que vivir añadió.

- ¿Cómo te sientes hoy? - parloteo la enfermera como si fuese una paciente más del pasillo. (Tal ves si lo era).
- ¿Cómo me siento? Pues, como una vela apagándome poco a poco, ¿y usted? - mencionó de forma sarcástica al sentirse totalmente humillada e inútil.

No pudo comer ni beber sola, trasladarse hacia el baño se asemejó a caminar sobre la cuerda floja en un circo, marearse entre talcos y perfumes diferentes con el olfato agudo que poseía, someterse a baños de esponja, una sonda y un pañal fueron sus primeras batallas.

Es que ella, por supuesto, seria una cosa inservible. No podría caminar debido a las secuelas, tal vez ni moverse en mucho tiempo, perder la noción del sentido, trastornar sus nervios y/o ser un músculo inerte y débil.

Alguien entró:
- Ave María Purísima
- Sin pecado concebida
- Hija, dime tus pecados …

La perdición había iniciado y todos, nuevamente, empezaron a rezar por ella. (...)

Para saber mas de este tipo de tumor visita:

http://www.medicosecuador.com/revecuatneurol/vol15_n1_2006/cavernomas.htm

Para notar la diferencia entre los estilos de crónicas pon click en:

http://i289.photobucket.com/albums/ll220/Lilia1013/cronicahemangiomaarias.jpg

domingo, 27 de abril de 2008

Lo dijo Ryszard Kapuscinski

La fuerza de la palabra escrita

¿La escritura puede hacer que algo cambie? Sí, lo creo profundamente. Sin esa fe no podría escribir. Desde luego soy conciente de todas las restricciones que nos ponen las circunstancias, las situaciones, la historia y el tiempo. Por ello mi fe, aunque profunda, no es absoluta, no es ciega.

¿En qué consiste la principal restricción? La escritura sólo raras veces, en casos excepcionales, influye en la gente. Y, en el transcurso de la historia, no lo hace de forma directa, radical y de inmediato. La reacción a la palabra escrita es más bien mediata. En el primer momento puede ser incluso invisible, indetectable.
Necesita tiempo para llegar a la conciencia del receptor, necesita tiempo para empezar a formar o cambiar esa conciencia. Sólo después de un largo camino podrá influir en nuestras decisiones, actitudes y acciones.
El que la escritura produzca cambios no lo deciden sólo los autores, sino sobre todo los lectores: su sensibilidad y confianza en la palabra, su prontitud y deseo para reaccionar a la palabra recibida. Es también importante el contexto, el ambiente, el estado de una cultura imperante en que esa palabra cae y es recibida. Con frecuencia estas son las circunstancias que pueden debilitar e incluso aniquilar el valor y la fuerza de la palabra escrita y sobre la cual el autor de un texto no tiene mayor influencia. (...)

Cuando preguntamos: “¿la escritura puede hacer cambiar algo?”, la mayoría de las veces pensamos que se trata de un cambio positivo, dirigido a hacer un mundo mejor. Pero no olvidemos que la escritura puede intentar que el mundo sea peor, que contribuya a aumentar el mal, el odio y la agresión.
Tal función la cumple cuando se escribe en el tono del fanatismo y la xenofobia, del fundamentalismo y el racismo. Por ejemplo, los libros al estilo de Protocolos de los sabios de Sion o Mi lucha de Hitler.

Pienso que la pregunta sobre cuál es el carácter de la relación entre la escritura y el cambio es muy importante y actual. Esta pregunta surge de la inquietud sobre la eficacia de nuestras acciones literarias por el valor mismo de la escritura.
Porque por un lado vemos una enorme proliferación de la palabra escrita –hay cada vez más libros, revistas y periódicos– y al mismo tiempo percibimos cuánto mal hay en este mundo y como la cantidad de temores y conflictos en nuestro planeta aumenta en lugar de disminuir. De ahí el escepticismo de muchos creadores, de ahí la frecuente desconfianza e incluso la incredulidad en el sentido de nuestra escritura. (...)

La literatura siempre ha asumido su responsabilidad. Desde hace miles de años ha acompañado la vida de las sucesivas generaciones, a veces cambiándolas para ser mejores. Y hoy nada la libra de esa obligación. Por el contrario, los tiempos difíciles en los que vivimos nos ordenan que, con una fuerza y fe especial, digamos: “Sí, la escritura puede cambiar algo para que sea mejor, aunque sea poco, pero puede”.
Para visualizar el texto completo ingresa a: http://www.saladeprensa.org/

martes, 22 de abril de 2008

Editorial

Un vestido para el periodismo
Una pastilla para la literatura


Por Lilia Loo


La duda me inquietaba de tal manera que penetraba el velo y se introducía por mis ojos. Escribía a duras penas, pensando en como explicar esta deformación a la que agradezco a Dios diariamente …

Desde ya muchos años, se viene debatiendo la definición exacta a esa llamada (para algunos), deformación, y que desde mi punto de vista es más que sólo “una fusión de grandeza”. Dos corrientes que se complementan para lograr informar de forma pintoresca o relatar con realidad y madurez.

Relatos de revistas como Etiqueta Negra, Gatopardo, Lima a la Mano, etc. ofrecen con modestia un espacio de lectura para los cansados de la rutina periodística o literatura corriente. Éste nuevo género se crea en las crónicas, semblanzas, entrevistas y ensayos, se disfraza obteniendo gamas exclusivas de cada uno, dando como resultado un desborde de atributos, arte, belleza, particularidad, estilo y elegancia.

Conocerlas en sus expresiones es enriquecerse de lenguaje, inspiración y emociones. Mediante este espacio podrás encontrar opiniones, ejemplos, relatos personales, críticas y recomendaciones de libros. Inmortaliza esta regla; para la unión del periodismo y la literatura, no existen reglas.

La entrega que nos da estos dos ingredientes nos acerca más a ser mejores periodistas y excitantes literatos. Seamos parte de esta alianza inseparable.


… Después de un dolor de cabeza, mi corazón estaba envuelto por una ligera paz auténtica, pero estar satisfecha no me provocó orgullo como había pensado, al contrario, me sentí con una extraña sed, así, comprendí de inmediato que la situación era permanente, un círculo vicioso por saber más de ti: periodismo y literatura.

martes, 8 de abril de 2008

La religión está de moda


Un acercamiento a las razones del por qué los libros de trama
misterio-religiosa cautivan tanto a los lectores de ahora.



La imagen de la fachada de la iglesia del barrio me trajo consigo unas fuertes ganas de leer algo “prohibido”, comercial, superficial pero calumniante. Al término de la lectura del best seller de 2005, “La Herejía”, del francés Romain Sardou, me sofoqué al sentir un apetito voraz por otro libro del mismo corte seductivo.
La primera razón de esta pronta adicción contagiosa, que día a día esta consumiendo los ojos de muchos lectores, se remonta a muchos años atrás; este tipo de novelas ha tenido una metamorfosis muy notoria. Comenzamos con una literatura de “terror” o thrillers de miedo como Frankenstein o el vampiro Drácula.

Poco a poco hemos variado de receta, pero siempre con el ingrediente burbujeante. Inevitablemente el misterio extasía la mente de cualquier ser humano. Este sabor a lo desconocido cazó y caza continuamente. Fue así como se iniciaron las tramas de los alienígenas y guerras galácticas. Posteriormente, vendría la fiebre de lo paranormal, la vida después de la muerte y un sin fin de curiosidades fantasmales.

La novela popular ha ido creciendo y madurando con el cambio de los gustos aficionados; los escritores, parejos a los contenidos, han buscado temas de origen trascendental, es por ello que se fusiona la historia y el misterio. Una receta muy tentadora que funcionó para Umberto Eco, Joyce, Suskind y más.

Ambos ingredientes, la historia y el misterio, han creado una fórmula muy atractiva, pero no tanto como las reacciones que se ha generado al añadir la religiosidad a esta receta perfecta. Una serie de tenebrosos sucesos en el seno de las altas esferas eclesiásticas, más hechos históricos verídicos y la inserción de causes dudosos en la trama, mantienen alerta y en fascinación al personaje detrás del libro.

Este modelo narrativo ha creado una sed insaciable de curiosidad. ¿Será que nuestras dudas no han sido esclarecidas completamente? Tal vez sea la respuesta al por qué gustamos tanto de las historias donde el misterio alienta a la conspiración, el personaje difunde y crea intriga, y revelamos el mejor secreto que rompe el muro histórico.