lunes, 7 de julio de 2008

II parte

Ahora les toca a ellos preguntarse: ¿Dónde esta el romance? ¿Así se empieza una relación?, la encontré ¿Se quedará conmigo?

Un te quiero, una caricia y un adiós

¿Quién no se ha pasado el día recordando la increíble cita que tuvieron?
¿Quién no lo publica al mundo entero (es decir, la universidad)?
¿Quién no lo “mensajea” a la hora (con la triste excusa ¿llegaste bien?)?
¿Quién sufre de esos síntomas?

Por Lilia Loo


Si respondiste asentando la cabeza o con una increíble vergüenza interna, tienes un grave problema. Este es un tema amplio que nos remonta a muchos años atrás. En el pasado, la mujer estaba resignada a los quehaceres del hogar, la vida cotidiana, eventos sociales y los niños; pero ahora todo es diferente.
La femineidad es sinónimo de poder, aires de inteligencia, suspicacia y hasta traición que puede esbozar una mujer con tan solo un saludo. Ese obtener lo que una se propone (donde pongo el ojo, pongo la bala) es la mayor “gracia” que podemos tener; es como darles “Viagra”, se los aseguro.

Dentro de su inseguridad, ellos sueñan con una mujer inteligente, regia y millonaria, y al ver su entorno, se dan cuenta que ese sueño se está cumpliendo. Nuestra prioridad se ha convertido en ser profesionales y no una compromiso en la que puedas casarte al terminar la carrera.

Por ello, las relaciones ya no son su fuerte y ellos están asustados. Ahora es su turno de tortura. Buscamos ocuparnos de nuestras prioridades, preferimos salir con nuestras amigas y buscamos tener algo ocasionalmente. Ellos, por el contrario, requieren de más caricias, de una madre al lado para que los cuiden, unas llamadas para salir y sentirse querido con unas caritas felices.

Tengo que redactar mil artículos, hacer unas llamadas, coordinar con el grupo, mandar la impresión, ir a clases, trabajar. ¿En qué tiempo entra el? Ahora que traten de combatir con todo esto. Pues lo intentaron y este es el resultado.

Terminan el acto, la alegría corre por las venas de ambos, solo que él espera que te quedes. Como diría la canción “Al partir, un beso y una flor, un te quiero, una caricia y un adiós” ahora la que se va somos nosotras, y lo mejor aún, la que tienen el carro eres tú.

domingo, 29 de junio de 2008

100% Cierto - Para tí, mujer inteligente

“Y se enamoró, como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota”

Las mujeres inteligentes tienen más problemas para casarse
Por Lilia Loo


Nosotras, que vivimos en una sociedad machista, llena de irregularidades sexistas y un imbatible estereotipo de “mujer fea / inteligente”, sabemos que tener un coeficiente intelectual elevado es una desventaja para quienes en algún momento deseamos casarnos.

La realidad es así, nosotras, las mujeres inteligentes, tenemos mucho más dificultad para encontrar hombres de nuestro gusto, y es debido a una madurez que alcanzamos cuando finalizamos el largo camino para llenar a ser profesionales. A cierta edad, ya estamos hechas y derechas, con algunos títulos y por supuesto, un nuevo pensamiento en la que encontramos que los hombres no son interesantes.

Queremos, anhelamos, deseamos un príncipe azul pero claro, adaptado a nuestros tiempos. Un hombre que complazca nuestros caprichos, que tenga una seguridad increíble, ojos solamente para nosotras y claro, que deje boca abierta a cualquier amiga que presentemos. Y ¿acaso esto sucede?

Es que ninguna mujer, ninguna, podría distinguir cuándo vale la pena ilusionarse y cuándo no – sea inteligente o no. Aún cuando tengamos la intuición de que las cosas no resultarán, es inevitable proyectarse, ver más allá de los días y del tiempo presente. Y para las mujeres perspicaces es difícil encontrar anteojos para ese tipo de miopía.

Pero no solo es acción de mujeres, continuamente se da el caso de que hay hombres que al momento de escoger una pareja para el resto de sus vidas, prefieren a mujeres con un coeficiente intelectual menos elevado, que simplemente se ocupe del hogar que planean formar.

Dicen que es la era de romper con esquemas tradicionales, entonces sólo nos queda analizar con mucha cautela, examinar las posibilidades y elegir con mucho tino. Mucha suerte a todas!

lunes, 23 de junio de 2008

Experiencia de olor a piel

Crónica de la violacion de Lucrecia en Belgrano

Por Juan Pablo de Santis


Zabala mil ochocientos sesenta y pico, casi esquina Villanueva, cuarto piso, departamento “B”. Allí esperaba Lucrecia a Danilo, su compañero de Econometría I que vendría a explicarle cómo dos vectores, después de un engorroso proceso matemático, podrían trazar una línea de tendencia en un gráfico cartesiano. Cerca de las cuatro de la tarde, todo estaba listo en su departamento con vista a la universidad, había dejado una botella de Coca Cola en la heladera para convidarle un vaso, unas galletas de avena y miel cuidadosamente servidas en un plato sobre la mesa y, en la cocina, el agua para el té se calentaba a fuego más que suave.

Diez minutos después de las cuatro sonó el portero. Era Danilo. Lucrecia atendió, abrió la puerta y, mientras este joven moreno cuatro meses menor que ella –que le faltaba poco para cumplir 21– subía por el ascensor, se terminó de cepillar el pelo con un viejo peine de nácar que se había traído de su hogar en Managua.

Luego del saludo cordial con beso en mejilla y abrazo fraterno llegó el momento de la formalidad: “Danilo, espérame en el living mientras voy por un vaso de gaseosa para ti. Mira que arriba de la mesa tienes algunas cosas dulces para comer”, le dijo Lucrecia.Después del vaso de gaseosa, el líbido de este hombre estalló de manera psicótica.

La empujó sobre un sofá, le quitó de un golpe una estola de oveja que tenía sobre sus hombros y comenzó a desnudarla desgarrándole la ropa. Lucrecia lo tomó de los pelos y con dolor de alma le gritaba “¡hijo de puta, maldito loco, vete!”. Danilo tenía la sonrisa cínica y grosera dibujada en el rostro, forcejeó y logró desnudarla. Lucrecia lloraba, gritaba y cuando la fuerza de sus 51 kilos de músculos cedieron, cesaron los gritos, involuntariamente se entregó a un criminal con billetera de cuero y acostumbrado a la impunidad. Fue violada y sintió ácido dentro de su cuerpo. Ya no lloraba.

En dos o tres minutos este ser inmundo acabó con su cometido, se levantó de encima de ella, que quedó vuelta mierda e impregnada de una sustancia que comía su interior como ácido muriático.Bastó un solo descuido de Danilo para que Lucrecia, haciéndole creer que estaba desmayada, tome un facón de adorno que había comprado en San Telmo y de manera violenta y con máxima rapidez se lo clavara en su sexo, en esos testículos cargados de odio y asco por el género.
El grito de dolor hizo retumbar el acero de las columnas mientras Danilo se desmoronaba en el piso, momento en que niña –ahora con sus ojos inyectados en rencor– le tapó la cara con una alhomada para que acallar el escándalo y darle una muerte por asfixia y pérdida de sangre. Diez minutos más tarde y a dos metros del sofá, el piso ya era un reguero de sangre y el cuerpo estaba sin vida.

martes, 17 de junio de 2008

Diana Wang: Busca en sus raices

Cuando mi mamá me llamó por teléfono ese lunes a la mañana, todo cambió en mi vida. Me pedía perdón, llorando, perdón por haberme traído a este país, por haberse equivocado tanto, por no haberle hecho caso a papá que no quería venir, decía que era un lugar salvaje, lleno de indios y peligros peores que los que habíamos dejado atrás. Perdón, sollozaba desconsolada, perdón, gritaba, yo no sabía, pensé que acá no, que acá íbamos a estar bien, pero todo pasa otra vez, nos quieren matar, no sé por qué nos odian tanto…

Ya hace siete años de la masacre, cuando este lugar donde ahora estamos dejó de estar. Nací del desastre con una nueva conciencia. Había cosas de las que no se podía escapar: de la propia identidad.

Ese día nací como judía. Estoy ahora en mi sala de partos. Nacerás entre heces y orinas reza el mandato bíblico. Mis heces fueron las muertes, mis orinas las búsquedas de familiares perdidos. Entonces y acá. Nací dos veces. Allá, en una Polonia con chimeneas aún dolorosamente tibias y acá, en Pasteur 633 bajo escombras y un polvillo insidioso que todavía hoy dificulta el respirar. Mis dos nacimientos.

La primera vez que supe que era judía fue a los ocho años cuando le pedí a mi mamá el vestido para tomar la primera comunión. Se me quedó mirando, muda, paralizada. Llamó a papá y le dijo, mirá cómo nos equivocamos, hicimos todo mal… y me contó quiénes éramos. ¿Judíos? ¿Qué era judío? Nunca había escuchado la palabra. Supe ahí que no nos querían, que el Dios de la cruz no sólo no nos quería sino que nos odiaba, y los curas y los monaguillos y la Virgen María y los ángeles, los querubines y los serafines. Todo ese mundo de cuento y magia no me correspondía, había quedado afuera. Los cristianos nos odian, nos quieren matar, no se puede confiar en un cristiano. Cada palabra caía como cascote. No sabía más quién era. No quería ser alguien a quien se odiaba. Decidí que no iba a ser un obstáculo, que lo pondría entre paréntesis y no se interpondría en nada de lo que hiciera.

Me ayudaron mi nombre y mi apellido. Dvoirale era muy judío. Aunque era el nombre que me habría correspondido porque era el de una hermana de mamá muerta antes de la guerra, no se podía. Dvoirale en la Polonia de 1945 era tan peligrosamente judío como la circuncisión. Danuta, me llamaría Danuta. Danuta olía a hostia y a agua bendita. Danuta era más católico que el niño Jesús. Danuta sería mi salvación. Pero en Argentina Danuta era un nombre desconocido, además tenía una rima inconveniente, generaba preguntas peligrosas, empezó a ser un problema. Fui Diana. Soy Diana. La china, por ese apellido tan extraño que por suerte era exótico y tan sólo generaba alguna broma. Lo judío no era evidente. Alivio de mis padres.

Lo primero que escribí fue una crónica de viaje. Edité sólo cinco ejemplares: uno para cada uno de mis hijos y sobrinos. Es la resultante de un viaje que hicimos con mi hermano a Polonia, Ucrania y a Austria. Fuimos a ver. Fuimos a oler. Fuimos a recordar. Fuimos a buscar a ese hermano entregado a una familia cristiana que tal vez nos buscaba y que, como nosotros con él, no sabía nuestro nombre. Y algo sucedió en Boryslaw, de donde eran oriundos nuestros abuelos paternos, los Wang. Buscábamos el cementerio judío, buscábamos encontrarnos en alguna lápida vieja. Sólo encontramos en un costado del camino una matseive negra donde se leía en polaco, idish e inglés: acá estaba el cementerio judío de Boryslaw.

Desoladoramente huérfanos de pasado, nos quedamos mudos. Alrededor de la matseive crecían margaritas silvestres. Un pensamiento loco se me instaló: que las margaritas se nutrían del mismo suelo que alguna vez habían recibido a nuestros antepasados. ¿Cuánto tiempo recuerda la materia primigenia la vida que fue? ¿Cuánto de nosotros habría aún bajo esa piedra? Corté cinco margaritas, una para cada uno de nuestros hijos. Al volver, escribí el relato del viaje, las anécdotas, las historias secretas de la familia, las fotos de las vivos y las que quedaban de los muerte, documentos, herencias. En cada uno de los cinco ejemplares había una de las margaritas de nuestra estirpe, una infinitesimal porción de materia que nos unía entre sí y a esa tierra. Lo titulé “Por una margarita” y se los entregué a los chicos en la primera cena de Rosh Hashaná que tuvimos después de la muerte de mamá.
Ya era una judía nueva.

domingo, 8 de junio de 2008

Daniel Samper: solo para papás

Básicamente, los bebés son máquinas de soltar gases

El bebé y los gases

El día que alguna empresa imaginativa descubra el tesoro energético que encierran los gases del bebé, estos empezarán a competir con la producción de energía hidráulica, térmica y nuclear. Ciertamente, los gases de un solo bebé no podrían desplazar un barco de papel. Pero los de millones de bebés, debidamente conducidos y reunidos, serán capaces de mover trasatlánticos, mantener en combustión los altos hornos de acerías, e iluminar ciudades.

En términos generales, los bebés expulsan los gases de dos maneras:

Por arriba o Por abajo

Los de arriba reciben con orgullo la denominación de “gases superiores” o “nobles”, mientras los otros esperan impacientes su oportunidad de ascender en la escala anatómico- social.

Se trata de una típica labor paterna, pues, como antiguos bebés que también son, los padres disfrutan muchísimo con los simpáticos gases de sus bebés, y algunos papás incluso compiten con los niños en la gástrica tarea. No siempre ganan los papás, debemos decirlo, pues los bebés nacen cada vez más corpulentos y fornidos: ¡hay cada pedazo de bebé!

Para ayudar a que el bebé expela los gases, basta con alzarlo durante dos o tres horas, preferiblemente en la madrugada, y pasearlo por la habitación mientras se le canturrean tonterías en voz baja. El bebé tiene un particular sentido del humor estomacal y cuando el padre, trasnochado y exhausto, quiere que expulse sus ventosidades, se niega a obedecer. En cambio, adora hacerlo de manera estentórea en un ascensor repleto, durante la visita del señor obispo o el examen del pediatra, término que, paradójicamente, no tiene relación alguna con el tema que nos ocupa.

Las inesperadas explosiones, sin embargo, son celebradas por los adultos con jubilosas muestras de diversión. Estimulado por los aplausos y festejos a su expresividad eólica, el bebé prosigue eructando y peyendo con entusiasmo y ostentación, hasta que, cierto día, estas manifestaciones que antes concitaban la risa general reciben como respuesta un regaño o, incluso, el castigo de una palmada que le produce llanto. Se trata, entonces, del clásico efecto del gas lacrimógeno.

En ese punto el bebé sabe que ha dejado de ser bebé, y deberá esperar hasta tener su propio hijo para volver a divertirse con una función corporal que, viéndola bien -y, aún más, oyéndola-, resulta graciosísima. Es el clásico efecto del gas hilarante.

Ha click para leer todo el texto: "Para papá"

domingo, 1 de junio de 2008

Por Perú: Eloy Jáuregui

Susy Diaz: Tocada Por El Voto

Despertamos a la misma hora. Ella lucía descompuesta y legañosa todavía. Se había acostado a las dos de la madrugada después de culminar la agotadora temporada teatral en el Arquelín. El tráfago de la noche fue violento y ahora el cuerpo exigía unas horitas más de sueño. Encendió el televisor y entonces el presidente Fujimori apareció tomando desayuno con sus hijas, eran tamales, poderosos tamales con maíz tutelar del peruano, del sufrido campesino. Susy Díaz se dijo que era hora de atender a la gente del campo e imaginó también unos tamales, una caricia y un beso de su amado, la jornada iba a ser dura, muy dura.

Susy Díaz ya había dejado el baby doll rojo indio y ahora lucía polo y shorts también rojos. Percy Arévalo, el esposo, con piyama púrpura, se adelantaba como siempre. Hasta la habitación colorada y cama tres plazas con edredón color rojo sangre, el cónyuge ya había llevado el desayuno: tamales de chancho chinchano, grandes, muy grandes, tal como la futura diputada los había imaginado y un refrescante pote de yogurt con sabor a guayaba. Susy le dijo al oído todavía chaposa: “Papito, que sería de mí sin ti”. No dijeron más y se besaron intensamente.

“César Hildebrandt ha dicho que va a votar por mí. Es grande César”, confiesa la todavía candidata. La llaman ahora de la BBC de Londres. Susy no entiende mucho, pero se manda con sus argumentos, que ya llegó la hora de luchar por sus hermanos campesinos, que hay que reflotar la banca de fomento para apoyar el campo y otorgar créditos blandos. El departamento se ha llenado de intrusos. Todos tienen cabida, el país espera vigilante el desenlace.

Así, la prédica de Susy tuvo aceptación porque hablaba con el lenguaje de los que nunca tuvieron nada y sintonizó. “Yo pude haber sido lo que la gente piensa pero, cariño, quieres que te diga una cosa, yo no sé mentir, yo no soy falsa, yo tengo el alma limpia”, así le dijo al cronista, en sollozos, casi de labios y oídos. Salimos y ya estaba Iris Loza y Rossi Carrasco, sus compañeras de piel, vedette también, corte oficial de la futura congresista.

“Voy a luchar para reactivar el agro, para que mis hermanos campesinos puedan tener buenas carreteras, y no se les malogre sus productos”, dice a unos y otros. El colegio tiene prosapia, es pituco como dicen algunos. Entonces una señora de buena laya la agarra contra la candidata: “que cosa te has creído, impúdica”, le grita. Susy se sobrepone, avanza, la mayoría la aplaude. Luego de votar y mostrar un cachito de la pierna blanca como la camisa blanca del presidente de mesa, busca desesperadamente a Percy: “Que tal mi amor”, le pregunta.

Y en la tarde el flash de Panamericana la sorprende y abraza al cronista antes que al esposo. “Me trajiste suerte, cariño”, le susurra, pero Percy pone orden. En el local del Movimiento Independiente Agrario, la esperaron hasta las cuatro, Susy Díaz llegó ganadora, el resto con Rolando Salvatierra a la cabeza, se resignan a creer en los resultados, están cariacontecidos. Susy dan pequeños discurso poco traducible y en el “Chuchimóvil”, su corte de honor y el cronista parten rumbo al Congreso.
Ha click para leer todo el texto de "Susy Diaz: Tocada Por El Voto"

lunes, 26 de mayo de 2008

Literatura Realista

A mediados del siglo XIX nace este movimiento filosófico, cultural y artístico que atraviesa una época caracterizada por los adelantos científicos y por los cambios y conflictos que genera el deseo de describir esa realidad.

Los autores ya no escriben sobre temas legendarios y fantásticos típicos del Romanticismo, sino, optan por la descripción del mundo real y exterior, lo actual, lo cotidiano, lo observable.

Tienen la sed de explicar con suma minuciosidad toda historia de su pasado, el entorno en que se mueven, su evolución psicológica y sus ideas políticas, religiosas o morales.

Nace la omnisciencia del narrador. Para poder ofrecernos lo que piensan y sienten sus personajes, sus secretos más escondidos, sus deseos más ocultos, el narrador ha de convertirse en un ser omnisciente y omnipresente.

Uno de los mejores exponentes fue Pedro Lemebel.

En sus crónicas, Lemebel ha forjado un lenguaje barroco, desafiante y reivindicador, que lo ha convertido en icono de la cultura contemporánea y de las posturas contestatarias. Lemebel escribe siempre desde su homosexualidad explícita y asume una postura de crítica a la vez política, sexual y social. Escritor marginal desde siempre, su literatura ha ido cobrando importancia paulatinamente, tanto en su país (Chile) como en el extranjero, donde cada vez obtiene un reconocimiento mayor.

El gol de Pedro Lemebel

La muerte de Madonna

Ella sola se puso Madonna, antes tenía otro nombre. Pero cuándo la vio por la tele se enamoró de la gringa, casi se volvió loca imitándola, copiando sus gestos, su risa, su forma de moverse. La Madonna tenía cara de mapuche, era de Temuco, por eso nosotros la molestábamos, le decíamos Madonna Peñi, Madonna Curilagüe, Madonna Pitrufquén.

Pero ella no se enojaba, a lo mejor por eso se tiñó el pelo rubio, rubio, casi blanco. Pero ya el misterio le había debilitado las mechas. Con el agua oxigenada se le quemaron las raíces y el cepillo quedaba lleno de pelos. Se le cala a mechones. Nosotros le decíamos que parecía perra tiñosa, pero nunca quiso usar peluca. Ni siquiera la hermosa peluca platinada que le regalamos para la Pascua, que nos costó tan cara, que todos los travestis le compramos en el centro juntando las chauchas, peso a peso durante meses.

Antes del misterio, tenía un pelo tan lindo la diabla, se lo lavaba todos los días y se sentaba en la puerta peinándose hasta que se le secaba. Nosotros le decíamos: Éntrate niña, que va a pasar la comisión, pero ella, como si lloviera. Nunca le tuvo miedo a los pacos. Se les paraba bien altanera la loca, les gritaba que era una artista, y no una asesina como ellos. Entonces le daban duro, la apaleaban hasta dejarla tirada en la vereda y la loca no se callaba, seguía gritándoles hasta que desaparecía el furgón. La dejaban como membrillo corcho, llena de moretones en la espalda, en los riñones, en la cara. Grandes hematomas que no se podían tapar con maquillaje. Pero ella se reía. Me pegan porque me quieren, decía con esos dientes de perla que se le fueron cayendo de a uno. Después ya no quiso reírse más, le dio por el trago, se lo tomaba todo hasta quedar tirada y borracha que daba pena.

Cuando se puso la silicona le dio por los escotes. Los clientes se volvían locos cuando ella les ponía las tetas en la ventana del auto. Y parece que veían a la verdadera Madonna diciendo: Mister, lovmi plis.
(...)

Texto completo: La muerte de Madonna

domingo, 18 de mayo de 2008

El Boom de la Literatura

A partir de 1960 ocurre la revolución de las letras.

Para muchos, el llamado fenómeno literario, es la aparición de un grupo numeroso de escritores, narradores, novelistas, críticos literarios y periodistas, los cuales hacían una exquisita valorización de las obras de esos tiempos.

Video - El Boom de la Literatura (por Lilia Loo)

Gracias a ellos, se incrementó la cantidad de lectores que surgió en esa época, quienes leían con avidez las novelas y críticas de estos escritores. Este "boom" es conocido como la Nueva Literatura Latinoamericana. A partir de este lapso la "nueva novela" toma un papel importante tanto para América como para Europa.

Se desintegra la forma tradicional de la novela debido a que se generaba una nueva técnica y presentaba al lector como un cómplice; el lenguaje se vuelve variado, colonial y científico a la vez, podía demostrar la clase social, el lugar, nivel intelectual y religión.

Se crea un nuevo camino de expresión, la imaginación creadora y el realismo mágico son sus nuevos instrumentos aliados.

domingo, 11 de mayo de 2008

Travesuras de la Niña Mala

¿Cuál es el verdadero rostro del amor? Ricardo ve cumplido, a una edad muy temprana, el sueño que en su Lima natal alimentó desde que tenía uso de razón: vivir en París. Pero el rencuentro con un amor de adolescencia lo cambiará todo. La joven, inconformista, aventurera, pragmática e inquieta, lo arrastrará fuera.


YO AMO A VARGAS LLOSA

Esa es mi humilde opinión al terminar de leer, por segunda vez, este ingenioso libro. Trata de un amor agridulce lleno de desamores; como la de un amor vacío e imposible. Una sucesión de momentos sumamente románticos; con grades sobresaltos entre el cariño accedido y la costumbre y alejamiento que uno puede sentir al saber jugar con el amor. ¿Y el protagonista? como todos se esperan, todo un niño bueno que consentía todo tipo de maltrato psicológico a su corazón.

Para nada una historia plana o lineal, al contrario, con la gran pluma que posee, deja sorprendido a sus lectores (como es de costumbre). Muy tradicional, lleno de sentimentalismo cursi, pero entretenido, un gran acercamiento a la comicidad casual. Transcurres por Lima , París, Tokio y hasta Madrid, rozando en su trama, momento históricos como la oligarquía peruana, la explosión cultural de París, la plenitud de la revolución cubana, el brote del movimiento hippie, etc.

¡Para mí, todo un intelectualísimo! ¡Vargas Llosa!. Sabe lo que quiere decir y sabe como lo debe decir, de tal forma que entiendes, te entretienes, lo analizas, ríes al sentirte cómplice de sus travesuras y sonríes de forma sabrosa al deleitarte con una de sus ocurrencias.

Tómate una dosis de una obra vargasllosiana muy distinta a su estilo periodístico. ¿Ya sabes distinguir la ilusión del amor verdadero? Te invito a leerla.

Video - Una valiosa opinión (España)

sábado, 3 de mayo de 2008

Aprendiendo a vivir II - Hacer de una experiencia una noticia

La crónica es la mejor expresión del periodismo y la literatura
"Las buenas crónicas son literatura"

Paso 2: domina el miedo

La sintió entrar. Se dejó caer sobre la silla al lado de la camilla y dijo:
- Soy una psicóloga no te asustes. Esto es una revisión.
- No tendré traumas si evitan mandarme otro médico más — con la voz de una esclava de la camilla.
- Lo sé, estas cansada. ¿Sabes por qué estoy aquí? - no podía ahuyentarla, era demasiado amable.
- No — descartó de forma habitual a su molestia.
- En realidad a explicarte por qué debes operarte y no dejarte morir. La razón de tus posibles secuelas y también, darte la noticia que es posible que todo salga perfecto.
- Como también que se compliquen las cosas.
- Acabo de terminar de leer un libro interesantísimo. Me lo recomendó un colega — cambió de tema bruscamente.
Es la primera vez que no la trataron como una inválida. Esbozó una sonrisa y pensó: “por hoy no me rendiré”.

Paso 3: despídete pero no para siempre

El pobre doctor Torres andaba explica que te explica, creo que más por disimular su nerviosismo que por otra cosa.
- Ya tenemos todo listo, su cráneo rasurado, las unidades de sangre extra - explicaba rápidamente la enfermera de turno.
- Ya vuelvo en unas ,,, 8 horas,,, - siempre deleitando a su público con su tono humorístico.
Ellos enmudecieron. Cada uno dio un abrazo y un beso, tal vez los más significativos en su vida, tal vez los más apacibles que rozaron sus mejillas, pero definitivamente, los más benignos para ella o amargos para la mala suerte.
Lo adoró. No podía distinguir quién era, pero solo ellos sabían lo que realmente habían sentido en aquel instante de despedida.
Podría decirse hoy que ese momento fue extraño y maravilloso, una sensación de estar fuera de la realidad, de ser parte de un mundo unitario.
- Cuenta hasta 10 en forma descendente — le ordenó fríamente sin una pizca de compasión a su miedo, a sus lágrimas que desmoronaban el pequeño fulgor de esperanza.
Sintió la mascarilla. Asustada iba pronunciando — 10, 9, 8 …

Paso 4: colaboración

Pestañeo tres veces y reaccionó. — !Luz! - gritó internamente. Pero sintió desconcierto y desesperación — No puedo respirar bien meditó. Una sensación de ahogo, de aire rudo, de abrigo imposible, raspaba su garganta.

Vio entrar a dos personas con mascarillas, batas holgadas y verdes. Ambas notaron el temor en sus ojos.— Cálmate y colabora, no pelees, solo no hagas nada — imploró el más alto. — Esa máquina respira por ti, solo déjate llevar — la invitó a colaborar.

Repentinamente se sintió como una pluma entre un gran país de almohadas blancas y ligeras, había caído nuevamente en un sueño profundo esta vez, casi sin retorno.

lunes, 28 de abril de 2008

Crónica: fusión literaria y periodística

“ A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”
Oscar Wilde

Aprendiendo a Vivir

La envolvió en una sábana de niebla que cegaba su visión, una corriente de energía casi excitante sucumbía sus piernas, un agudo rayo de poder sobrecargaba su olfato. En ese instante sintió miedo.


Lo de ella fue dolor a primer punzón, y se desmayó por primera vez en su vida, y por primera vez en su vida, también, no paso año nuevo con ellos. Es más, aquellos no sabían que había semejante barbaridad juvenil, y les dio una pena horrorosa, mientras su hija, bailaba sin parar entre sombras, gritos y cuerpos sudorosos. A la mañana, ella no recordaba mucho. Inhaló profundamente para evitar expulsar el desayuno que nunca alcanzó ver.

- !Papá¡ !Mamá¡ - aulló más que gritar por la desesperación. Respiró nuevamente al asfixiarse por la angustia de sentir sus pestañas rozar con sus delgados párpados y no encontrar la señal de la luz habitual.
- ¿Qué me pasa? - abatida y nerviosa, alcanzó llorar silenciosamente.


Paso 1: aceptar que tienes un problema

Después de incontables diagnósticos y la cruda penetración de un catéter minúsculo pero sensitivo, desde la ingle hasta el cerebro, dieron con el problema. Un hemangioma cavernoso alojado en el hemisferio derecho del cerebelo. Algo indignante e irónico para mi futuro analizó — especialmente si tengo un campeonato en tres meses, fuertes entrenamientos por recuperar, cursos que seguir, … pensó … en realidad mucho que vivir añadió.

- ¿Cómo te sientes hoy? - parloteo la enfermera como si fuese una paciente más del pasillo. (Tal ves si lo era).
- ¿Cómo me siento? Pues, como una vela apagándome poco a poco, ¿y usted? - mencionó de forma sarcástica al sentirse totalmente humillada e inútil.

No pudo comer ni beber sola, trasladarse hacia el baño se asemejó a caminar sobre la cuerda floja en un circo, marearse entre talcos y perfumes diferentes con el olfato agudo que poseía, someterse a baños de esponja, una sonda y un pañal fueron sus primeras batallas.

Es que ella, por supuesto, seria una cosa inservible. No podría caminar debido a las secuelas, tal vez ni moverse en mucho tiempo, perder la noción del sentido, trastornar sus nervios y/o ser un músculo inerte y débil.

Alguien entró:
- Ave María Purísima
- Sin pecado concebida
- Hija, dime tus pecados …

La perdición había iniciado y todos, nuevamente, empezaron a rezar por ella. (...)

Para saber mas de este tipo de tumor visita:

http://www.medicosecuador.com/revecuatneurol/vol15_n1_2006/cavernomas.htm

Para notar la diferencia entre los estilos de crónicas pon click en:

http://i289.photobucket.com/albums/ll220/Lilia1013/cronicahemangiomaarias.jpg

domingo, 27 de abril de 2008

Lo dijo Ryszard Kapuscinski

La fuerza de la palabra escrita

¿La escritura puede hacer que algo cambie? Sí, lo creo profundamente. Sin esa fe no podría escribir. Desde luego soy conciente de todas las restricciones que nos ponen las circunstancias, las situaciones, la historia y el tiempo. Por ello mi fe, aunque profunda, no es absoluta, no es ciega.

¿En qué consiste la principal restricción? La escritura sólo raras veces, en casos excepcionales, influye en la gente. Y, en el transcurso de la historia, no lo hace de forma directa, radical y de inmediato. La reacción a la palabra escrita es más bien mediata. En el primer momento puede ser incluso invisible, indetectable.
Necesita tiempo para llegar a la conciencia del receptor, necesita tiempo para empezar a formar o cambiar esa conciencia. Sólo después de un largo camino podrá influir en nuestras decisiones, actitudes y acciones.
El que la escritura produzca cambios no lo deciden sólo los autores, sino sobre todo los lectores: su sensibilidad y confianza en la palabra, su prontitud y deseo para reaccionar a la palabra recibida. Es también importante el contexto, el ambiente, el estado de una cultura imperante en que esa palabra cae y es recibida. Con frecuencia estas son las circunstancias que pueden debilitar e incluso aniquilar el valor y la fuerza de la palabra escrita y sobre la cual el autor de un texto no tiene mayor influencia. (...)

Cuando preguntamos: “¿la escritura puede hacer cambiar algo?”, la mayoría de las veces pensamos que se trata de un cambio positivo, dirigido a hacer un mundo mejor. Pero no olvidemos que la escritura puede intentar que el mundo sea peor, que contribuya a aumentar el mal, el odio y la agresión.
Tal función la cumple cuando se escribe en el tono del fanatismo y la xenofobia, del fundamentalismo y el racismo. Por ejemplo, los libros al estilo de Protocolos de los sabios de Sion o Mi lucha de Hitler.

Pienso que la pregunta sobre cuál es el carácter de la relación entre la escritura y el cambio es muy importante y actual. Esta pregunta surge de la inquietud sobre la eficacia de nuestras acciones literarias por el valor mismo de la escritura.
Porque por un lado vemos una enorme proliferación de la palabra escrita –hay cada vez más libros, revistas y periódicos– y al mismo tiempo percibimos cuánto mal hay en este mundo y como la cantidad de temores y conflictos en nuestro planeta aumenta en lugar de disminuir. De ahí el escepticismo de muchos creadores, de ahí la frecuente desconfianza e incluso la incredulidad en el sentido de nuestra escritura. (...)

La literatura siempre ha asumido su responsabilidad. Desde hace miles de años ha acompañado la vida de las sucesivas generaciones, a veces cambiándolas para ser mejores. Y hoy nada la libra de esa obligación. Por el contrario, los tiempos difíciles en los que vivimos nos ordenan que, con una fuerza y fe especial, digamos: “Sí, la escritura puede cambiar algo para que sea mejor, aunque sea poco, pero puede”.
Para visualizar el texto completo ingresa a: http://www.saladeprensa.org/

martes, 22 de abril de 2008

Editorial

Un vestido para el periodismo
Una pastilla para la literatura


Por Lilia Loo


La duda me inquietaba de tal manera que penetraba el velo y se introducía por mis ojos. Escribía a duras penas, pensando en como explicar esta deformación a la que agradezco a Dios diariamente …

Desde ya muchos años, se viene debatiendo la definición exacta a esa llamada (para algunos), deformación, y que desde mi punto de vista es más que sólo “una fusión de grandeza”. Dos corrientes que se complementan para lograr informar de forma pintoresca o relatar con realidad y madurez.

Relatos de revistas como Etiqueta Negra, Gatopardo, Lima a la Mano, etc. ofrecen con modestia un espacio de lectura para los cansados de la rutina periodística o literatura corriente. Éste nuevo género se crea en las crónicas, semblanzas, entrevistas y ensayos, se disfraza obteniendo gamas exclusivas de cada uno, dando como resultado un desborde de atributos, arte, belleza, particularidad, estilo y elegancia.

Conocerlas en sus expresiones es enriquecerse de lenguaje, inspiración y emociones. Mediante este espacio podrás encontrar opiniones, ejemplos, relatos personales, críticas y recomendaciones de libros. Inmortaliza esta regla; para la unión del periodismo y la literatura, no existen reglas.

La entrega que nos da estos dos ingredientes nos acerca más a ser mejores periodistas y excitantes literatos. Seamos parte de esta alianza inseparable.


… Después de un dolor de cabeza, mi corazón estaba envuelto por una ligera paz auténtica, pero estar satisfecha no me provocó orgullo como había pensado, al contrario, me sentí con una extraña sed, así, comprendí de inmediato que la situación era permanente, un círculo vicioso por saber más de ti: periodismo y literatura.

martes, 8 de abril de 2008

La religión está de moda


Un acercamiento a las razones del por qué los libros de trama
misterio-religiosa cautivan tanto a los lectores de ahora.



La imagen de la fachada de la iglesia del barrio me trajo consigo unas fuertes ganas de leer algo “prohibido”, comercial, superficial pero calumniante. Al término de la lectura del best seller de 2005, “La Herejía”, del francés Romain Sardou, me sofoqué al sentir un apetito voraz por otro libro del mismo corte seductivo.
La primera razón de esta pronta adicción contagiosa, que día a día esta consumiendo los ojos de muchos lectores, se remonta a muchos años atrás; este tipo de novelas ha tenido una metamorfosis muy notoria. Comenzamos con una literatura de “terror” o thrillers de miedo como Frankenstein o el vampiro Drácula.

Poco a poco hemos variado de receta, pero siempre con el ingrediente burbujeante. Inevitablemente el misterio extasía la mente de cualquier ser humano. Este sabor a lo desconocido cazó y caza continuamente. Fue así como se iniciaron las tramas de los alienígenas y guerras galácticas. Posteriormente, vendría la fiebre de lo paranormal, la vida después de la muerte y un sin fin de curiosidades fantasmales.

La novela popular ha ido creciendo y madurando con el cambio de los gustos aficionados; los escritores, parejos a los contenidos, han buscado temas de origen trascendental, es por ello que se fusiona la historia y el misterio. Una receta muy tentadora que funcionó para Umberto Eco, Joyce, Suskind y más.

Ambos ingredientes, la historia y el misterio, han creado una fórmula muy atractiva, pero no tanto como las reacciones que se ha generado al añadir la religiosidad a esta receta perfecta. Una serie de tenebrosos sucesos en el seno de las altas esferas eclesiásticas, más hechos históricos verídicos y la inserción de causes dudosos en la trama, mantienen alerta y en fascinación al personaje detrás del libro.

Este modelo narrativo ha creado una sed insaciable de curiosidad. ¿Será que nuestras dudas no han sido esclarecidas completamente? Tal vez sea la respuesta al por qué gustamos tanto de las historias donde el misterio alienta a la conspiración, el personaje difunde y crea intriga, y revelamos el mejor secreto que rompe el muro histórico.