
Los autores ya no escriben sobre temas legendarios y fantásticos típicos del Romanticismo, sino, optan por la descripción del mundo real y exterior, lo actual, lo cotidiano, lo observable.
Tienen la sed de explicar con suma minuciosidad toda historia de su pasado, el entorno en que se mueven, su evolución psicológica y sus ideas políticas, religiosas o morales.
Nace la omnisciencia del narrador. Para poder ofrecernos lo que piensan y sienten sus personajes, sus secretos más escondidos, sus deseos más ocultos, el narrador ha de convertirse en un ser om

Uno de los mejores exponentes fue Pedro Lemebel.
En sus crónicas, Lemebel ha forjado un lenguaje barroco, desafiante y reivindicador, que lo ha convertido en icono de la cultura contemporánea y de las posturas contestatarias. Lemebel escribe siempre desde su homosexualidad explícita y asume una postura de crítica a la vez política, sexual y social. Escritor marginal desde siempre, su literatura ha ido cobrando importancia paulatinamente, tanto en su país (Chile) como en el extranjero, donde cada vez obtiene un reconocimiento mayor.
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